miércoles, 10 de abril de 2013

BREVE HISTORIA DE LA FISIOLOGÍA DE BUCEO

Si nos ponemos a buscar en la historia del buceo para encontrar los primeros registros de la práctica subacuática, deberemos detenernos en la mitología y, muchas veces, también en las más disparatadas leyendas. Sin embargo, de acuerdo con un manuscrito francés, con algo de veracidad histórica, fue Alejandro el Grande el primero que realizó un buceo en una campana durante el sitio de la ciudad de Tiro, en el año 373 AC.

La realidad concreta, mucho menos "adornada", nos lleva al buceo en apnea como una práctica que se viene realizando desde la antigua Grecia con la finalidad de juntar esponjas, pero también con fines bélicos. Durante de la Guerra de Troya, por ejemplo, los buzos sabotearon buques enemigos perforándoles el casco o cortando sus amarras.

Durante muchos años el buceo se basó solamente en la práctica de la actividad sin ningún fundamento científico. De todas maneras los buceos eran de corta duración y a escasa profundidad, por lo que normalmente traían pocas o ninguna alteración patológica a los buzos.
Fueron las campanas de buceo las que incrementaron la profundidad y  el tiempo bajo el agua. En 1691, Edmund Halley, utilizando una campana a la que le suministraba aire por medio de barriles lastrados enviados desde la superficie, realizó buceos a 20 metros de profundidad por unos 90 minutos. A su vez ideó un sistema por el cual un buzo podía respirar aire a través de una manguera, siempre unida a la campana, y alejarse unos metros de ella para realizar algún tipo de actividad.


Tal vez la primera vez que se ha descrito una manifestación neurológica de enfermedad de la descompresión en humanos data del año 1834 cuando el Mayor General Sir Charles Wiliam Pasley FRS KCB (1780-1860), durante las operaciones de salvamento del buque Royal George, relató lo siguiente: "...en consecuencia él se ha lesionado severamente mientras buceaba, no por ningún accidente sino por extraordinario ahínco que lo indujo a sobre-exigirse y permanecer mucho tiempo debajo del agua, lo que le causó cierto tipo de parálisis en la mitad del cuerpo...".  Pero fue durante el siglo XIX cuando se realizaron los primeros reportes que hablaban de cambios fisiológicos y patológicos durante las exposiciones a ambientes hiperbáricos (altas presiones). Para esta época, los trabajos realizados bajo presión (caisson) eran rutinarios, sobretodo en la construcción de puentes y túneles. Triger, en 1845, describió los dolores en los oídos durante la compresión de los trabajadores y confirmó, con algo de sorpresa, que "ellos se cansan mucho más trabajando en aire comprimido que en el aire a presión atmosférica. Pensamos que es el resultado de la gran humedad... Quizás esta humedad podría explicar de alguna manera los dolores intensos en las articulaciones que experimentan algunos trabajadores algunas horas después de dejar el pozo". Inclusive, también describió el tratamiento realizado a dos trabajadores que presentaron dolores articulares después de salir del pozo, y aseguró que se practicaron "frotaciones con vino, que rápidamente aliviaron los dolores en los dos hombre; volvieron al trabajo al día siguiente".

Para esa época, los doctores Pol y Watelle (1854) comenzaron a estudiar el fenómeno de la enfermedad descompresiva e informaron que este ataque se presenta siempre al salir de un ambiente con aire presurizado y experimentaron que el retorno al ambiente presurizado aliviaba los síntomas. Aplicando un término jocoso, dijeron: "Este es un espectáculo donde sólo se paga a la salida".  

En 1878 Paul Bert, médico francés, publica su trabajo "La presión barométrica" (investigación en fisiología experimental). En dicho trabajo es capaz de demostrar que las burbujas eran esencialmente de nitrógeno. Posteriormente en 1880 realiza experiencias para aplicar un método de tratamiento mediante la administración de oxígeno puro, con el propósito de hacer un "lavado" del nitrógeno. También descubrió que el oxígeno era tóxico cuando se respiraba bajo determinadas presiones. Por este trabajo a Paul Bert se le conoce como el "padre de la presión fisiológica".

Más adelante, Haldane publica su primer "juego de tablas de descompresión" (1908). Este doctor inglés había sido comisionado por la Royal Navy para trabajar investigando un programa de descompresión que pudiera ser aplicado por los buzos de la flota británica. Durante los años posteriores hasta la actualidad se han venido modificando estas tablas, con base en la estadística observada.

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